Cuarto día y empieza a llover sobre Nueva York. Pero esto no es una excusa para quedarnos en casa, así que decidimos visitar los barrios de Soho, Nolita, Little Italy y China Town.
El barrio del Soho (SOuth of HOuston street) está delimitado por 4 calles: la sexta avenida, Houston, Canal y Broadway, que enmarcan un barrio de edificios de ladrillo con las típicas escaleras de emergencia de hierro por la fachada, las calles con adoquines y un montón de tiendas de súper lujo, alejadas de toda franquicia, enormes y muy bien montadas. Todo un paraíso para los amantes de las compras poco convencionales.
Saliendo del Soho, en el 130 de Prince Street, vemos una Samsung Store (tipo Apple store, que no sabía que existían). Entramos por curiosidad y nos explican los nuevos modelos, probamos unas gafas de realidad virtual, nos invitan a un cafe y un pastelito y nos regalan un mug. Me sorprende y agrada tanta amabilidad en una ciudad donde te cobran por todo
En Prince Street, vamos a ver la tienda de Prada, situada en la antigua sede del primer Gugenheim y al llegar a Bowery Street encuentro lo que andaba buscando; el Modern Museum, una maravilla de cubos desencajados diseñados por SAANA (arquitectos que ganaron la ampliación no hecha del IVAM) y que vale la pena el desvío.
Desde allí caminamos sin rumbo hasta Nolita (NOrth Little ITAly) y Little Italy (barrio italiano) del que apenas quedan 4 calles, ya que el barrio chino se está extendiendo bastante más allá de lo que era. Esta parte de la ciudad está llena de restaurantes típicos italianos con manteles a cuadros, donde todavía se reúnen los italo-americanos para discutir alrededor de la mesa y conserva ese aspecto ligeramente decadente que podría tener a principios de siglo XX, con la mafia operando por la zona.
De Little Italy caminamos por Elizabeth Street para entrar en el barrio chino e ir a comer Dim sun al restaurante Jing Fong. Es el típico lugar al que jamas entrarías si no nos lo hubieran aconsejado. Desde la planta baja se accede con unas escaleras mecánicas a un primer piso donde se abre un comedor para unas 500 personas que parece más una sala de bodas que un restaurante. El lugar está lleno de chinos y algunos turistas perdidos como nosotros. Nos sientan en una mesa y van pasando chinas gritando en cantonés, con carritos llenos de todo tipo de dim-sun que te van dejando sobre la mesa.
Toda una experiencia recomendable y más barata que comer en un fast-food.
Damos un paseo por el barrio chino, el más abarrotado y colorido de la ciudad, donde es posible ver sus tiendas típicas, los salones de belleza, tiendas de frutas, verduras, oler a pescado fresco, a nuez moscada….o ver los patos laqueados grasientos colgando a la vista en los escaparates de los restaurantes.
Todo esto combinado con los vendedores de bolsos falsos en Canal Street o decenas de tiendas de relojes falsos de todas las marcas imaginables.
Y no podíamos estar en Nueva York sin ir a ver un musical, así que nos decidimos por el que más tiempo ha estado en cartelera en la historia de los musicales, El Fantasma de la Opera, todo un placer volverlo a ver.
Quinto día, día de nochebuena, Nueva York continuaba bajo la lluvia y daba ganas de quedarse en casa todo el día esperando la cena de navidad mirando las fantásticas vistas que tenemos desde la planta 26 sobre el Empire State building y el New Yorker Hotel.
Bajamos en la parada de metro 14th Street – Union Square para ver uno de los mercados más inesperados, el green market. En esta plaza, todos los lunes, miércoles, viernes y sábados se organiza el mercado verde más grande de Nueva York donde docenas de granjeros de los alrededores de la ciudad venden frutas, verduras y otros productos como miel (de balcones y azoteas de NY), quesos, mermeladas, etc. Todo de primera calidad, orgánico y producido de modo natural. Un placer para los sentidos!!. Una pena que una ciudad como Valencia con la huerta que tiene, no piense en algo así.
Salimos por Broadway en dirección norte buscando uno de los edificios más fotografiados y representativos de la ciudad. El Flat Iron building se construyó en 1902 sobre un estrecho solar creado entre Broadway y la quinta avenida donde Daniel Burham (del que ya hablé en los posts de Chicago) diseñó el primer rascacielos de la ciudad con estructura de acero y que fue el más alto del mundo durante algunos años.
La lluvia aprieta, mucha gente por la calle, paraguas, tráfico, charcos…. decidimos hacer una parada en el 200 de la quinta avenida en la tienda de Lego. Vale la pena entrar para ver las gigantescas estructuras hechas con piezas lego y representando la historia y símbolos de la ciudad.
Continuamos paseando por la quinta avenida hacia el norte y vemos la pequeña iglesia de la transfiguración, de mediados del XIX, embutida en los rascacielos de la calle 29th. Vale la pena visitarla y decirle al dean que eres un amante de las iglesias (¿?), de este modo nos enseñó un par de pequeñas capillas privadas que solo utiliza el dean para misas familiares.
Vale la pena este pequeño descanso del stress de la 5ª avenida, llena de tiendas que a medida que vamos subiendo se van haciendo más elegantes y caras.
Nos desviamos para ver una de las estaciones más filmadas de la historia del cine, La Grand Central Terminal. Abierta al público en 1913, es la estación de trenes más grande del mundo con 44 vías. Vale la pena observar sus mármoles, la bóveda verdosa del techo con las constelaciones, las lamparas de araña, las taquillas originales….te trasladan a la época romántica de los grandes viajes en tren.
Y una de las partes mas bonitas y emotivas es el primer sótano, con los fantásticos techos diseñados por el arquitecto Valenciano Guastavino, donde se puede ver la influencia de la bóveda mediterránea. Allí abajo, hay un oyster bar, lugar perfecto para tomar unas ostras con champagne dignas del día de nochebuena.
Sexto día en la gran ciudad, día de Navidad y por fin el cielo se ha abierto y nos muestra un precioso cielo azul, ideal para hacer las actividades que teníamos pendientes.
Una de las atracciones gratuitas más aconsejables de la ciudad es coger el ferry que va a Staten island, así que vamos de nuevo hacia el sur de la isla, al lado de battery park, donde está la terminal de Ferry’s que tantas veces han sido filmada en las películas.
Staten island es uno de los 5 barrios de la ciudad y está separado por 8,5 km que se realizan en unos 25 minutos con unos ferrys muy característicos de color naranja. Lo más interesante de esta travesía es que pasa “cerca” de la estatua de la libertad (cuya visita dejamos para la próxima vez) y sobre todo las increíbles vistas sobre el sur de Manhattan y el tan característico skyline.
Al regreso de la isla y como el cielo continua azul, decidimos ir a despedirnos de la ciudad del mejor modo, disfrutando de las mejores vistas.
En 1930 el millonario Rockefeller, empezó la construcción de 19 preciosos edificios Art-decó, el Rockefeller Center. Entre ellos destaca el tan emblemático Radio City, todo un referente en la escena cultural neoyorquina y el GE building, que con 70 plantas y 266 metros de altura, es el más alto de todo el complejo. A sus pies se encuentra una estatua del Dios griego Prometeo con la pista de patinaje y el árbol de navidad más famoso del mundo.
En menos de un minuto, un ascensor ultra-rapido llega a la planta 65 desde donde se accede a “the top of the Rock”, que a mi parecer es la mejor vista de la ciudad. Tiene 3 plantas desde donde se pueden ver los 360º de la ciudad con todo lujo de detalles, empezando por el sur con el impresionante Empire State building que se ve en todo su esplendor, el bajo Manhattan, la bahía, las islas…y acabando en la parte norte con el Central Park y todos los edificios que lo rodean.
Las vistas son indescriptibles, el cielo está azul decorado con algunas nubes, se ven claramente todos los barrios de la ciudad, que se extienden hasta que se pierde la vista, detalles de rascacielos que no se aprecian desde el suelo….la ciudad entera en modo google maps.
Pasamos un par de horas haciendo fotos y esperado a que cayera la noche, para ver como se iluminan los rascacielos con luz artificial y como el dorado de la puesta de sol se refleja sobre los edificios.
Todo un placer despedirnos de Nueva York desde ese punto privilegiado.
la verdad es que dan ganas de volver a NY. ¿tendrás la foto en Tiffany’s, verdad? de lo contrario tendrás un problema con mi hermana, jejeje
Y «violencia» tiene tanto que aprender…
A ver. . … . . en primer lugar. . . . . todo precioso. . . .una vision de NY muy chula. . . me ha impresionado mucho saber que en NY celebran la navidad a primeros de enero. . . muy curioso. .
Un beso grandisimo.. . .
Aprovecha. . . el reloj corre. . .
holaaaaa carinyet. unes fotos espectaculars…molts besets. com ara també está el wsp. ara casi no t´escriguem res…. i lo dels dies , si que presta a confusió perque poses dia 4, 5 ,6 i pensavem q era ja de gener…… aixó será producte del mega-constipat que portaves….
muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuaks