Este es el 10º año que celebro mi cumpleaños y año nuevo fuera de España. Y por ser el décimo, me permito la licencia de repetir destino.
En 2005, mi vida dio un cambio radical gracias a un punto de inflexión que tuve en 2004 y que me ayudó a ver la vida desde otro punto de vista. Entonces decidí disfrutar hasta el límite de todo lo que me gusta…incluido trabajar.
Una de mis pasiones desde que tengo uso de razón ha sido viajar y hace un tiempo encontré una palabra del alemán, que no existe en español, que define mi esencia: “Wanderlust” que viene de Wander (andar, caminar…) y Lust (placer, goce….).
Wanderlust es esa ansiedad, ese deseo fuerte, incontrolable e irrefrenable de viajar y conocer el mundo.
Esto no se hace por vanidad, ni contar lo que has hecho, ni tacharlo de una lista, sino por el puro e inocente egoísmo de aprender, de llenarte, de impregnarte de cosas nuevas, de ver otras maneras de pensar y vivir, de tener experiencias que hacen tambalear tus convicciones mas arraigadas, de darte cuenta que puedes vivir con mucho menos de lo que lo hacemos, por encontrar a gente maravillosa que se queda presente, en la distancia, el resto de tu vida, por darte de bruces con momentos únicos y mágicos que se graban en tu memoria para siempre, y hacen que seas quien eres.
En 2005 fue San Mateo (Maestrazgo de Castellón) con Luisa (último en España), 2006 Catania (Sicilia) con Chevi y David, 2007 en Bali con Chevi, 2008 en Barichara con Daniel, 2009 Lima con Chevi, 2010 Tokyo solo conmigo mismo, 2011 Rio de Janeiro para celebrar el cumpleaños junto con Francis, 2012 Cartagena de Yndias con Alejandro, 2013 en San Francisco con Miguel, 2014 Miami con Miguel, Inma y Joana y el 2015 con Daniel, de nuevo en Barichara pero en circunstancias totalmente diferentes.
Me gusta imaginar en qué lugar del mundo pasaré los próximos 10 años.
Todos estos años de viajes me han hecho madurar, crecer como persona, disfrutar, emocionarme y llorar como un niño pero sobre todo estar seguro que, luchar por lo que deseamos hace que, tarde o temprano, se convierta en realidad.
Mi cumpleaños, como ya va siendo habitual, empieza el día 30 de diciembre y acaba el 1 de enero. Me gusta que sea así, me hace sentir especial y muy querido por las personas que están conmigo durante esos días.
El 30 de diciembre Daniel me propuso salir a cenar solos para poder charlar tranquilamente y al llegar al restaurante me habían preparado una cena sorpresa con sus amigos de Barichara.
Después de soplar las velas y cantarme el cumpleaños feliz versión colombiana, nos fuimos a Baku (the place to be en Barichara) donde me esperaba una mesa con una pancarta “Feliz cumpleaños Jose”, y una botella de Ginebra!!!!!!!! que sería como encontrar en un pub español una botella de chicha andina!!.
Allí estuvimos hasta que cerraron el bar y volví al hotel de Daniel a dormir como un angelito.
El 31 de diciembre me levanté con decenas de mensajes en mi celular felicitando el cumpleaños: whatsapp, Facebook, messenger, SMS….por todos lados llegan mensajes. Y agradezco enormemente que tantas personas se acuerden de mi, en un día tan especial y ajetreado, y que saquen unos minutos para decidarmelos.
Pero sabéis que?. Echo de menos las llamadas de teléfono, el calor y el cariño de una voz conocida cuando estas a miles de kilometros, que no lo suplen los mensajes. Afortunadamente recibí alguna llamada, pocas, pero alguna.
Y uno de los mensajes de felicitación mas bonitos que he recibido nunca, mi hermano David, cuñada Maria y futuro sobrino con un mensaje escrito en su barriga 🙂
Por la mañana fuimos al mercado de Barichara a comprar víveres para los siguientes días. Me fascinan los mercados en Sudamérica, tan caóticos, desordenados, dinámicos y con productos tan diferentes.
De allí nos fuimos a EL solar. Ese lugar al que volveré dentro de poco y donde uno de los grandes sueños de Daniel estará construido. Un proyecto, EL hotel, las mejores vista al cañón del río Suarez y la mejor gastronomía de Barichara…en breve.
Y aquí voy a estar 3 semanas para ayudarle en la primera fase, darle todo mi apoyo y hacernos coaching mutuamente.
Sesión de hamaca y por la noche Daniel prepara una cena de 6 platos digna de cualquier restaurante Michelin, que acaba justo antes de inventarnos las campanadas, a nuestro ritmo, para poder masticar bien las uvas, y ver los fuegos artificiales, seguidos de una extraña estrella roja que se movía de forma rápida y caprichosa por el cielo de los Andes (¿?¿?).
Nos vamos a la plaza del pueblo a ver el ambiente que había, comprar unas botellas de ron (aquí no se piden copas, sino botellas) y no sentamos en el atrio de la iglesia para ver a la gente pasar, escuchar un poco de carranga en directo (música popular colombiana) mientras van yendo y viviendo, desde los típicos agricultores colombianos de piel curtida y sombrero eterno, hasta pijos de Bogotá que vienen par contar que lo han hecho pero que ni se integran ni lo disfrutan.
Y por supuesto los fuegos artificiales…bueno fueguitos. Me dan ganas de organizar una mascletà brutal que los deje a todos sin aliento durante el resto del año. Quizás, algún día.
Aquí en Colombia está la tradición del «año viejo», que es un muñeco vestido que se suele rellenar de pólvora y quemarse después de las 12, pero por motivos de seguridad se han prohibido en el país…aunque en algunos lugares aun se puede ver alguno que otro, como aquí en Barichara.
Y para acabar el día que mejor que irnos al bar del mirador, donde se concentran cientos de personas con sus respectivas botellas, festejando el año nuevo de modo salvaje, hasta que el sol empieza a despuntar entre los picos de la cordillera de los Andes y la gente se empieza a dispersar en una especie de procesión tambaleante que recuerda a una película de terror de serie B.
El día 1 de enero es el mejor día para dejarse mecer por el dulce balanceo de una hamaca, tomar caldo de ternera para recuperar constantes vitales, paracetamol y acabar el día, tomando algún gin tonic (suavesito) mientras jugamos a la jenga!! (un juego fascinante de habilidad que desconocía totalmente).
Gracias a Daniel por todo y a Danny, Juan Pablo y Edwin por ser cómplices en este cumpleaños-finde año – año nuevo.
La veritat no se per on començar a comentar. No se si en fas envetja, rabia… si jo lo més lluny que he celebrat el meu anniversari ha segut en «Torre Corinto». Bé, ara que recorde un any vaig estar en Paris!
Bonic relat, boniques fotos i per lo que veig bons amics.
Continua disfrutant i esta nit a gitarse prompte que arriben els Reis d’Orient!
Suerte en tu nuevo proyecto Dani, y tú José sigue disfrutando de hamaca en hamaca, besos a los dos.