Lo único que había escuchado de Chicago antes de venir era sobre el Millenium Park.
Cuando Burnham hizo el plan urbanístico de Chicago a principios del XX, ya reservó esta zona para uso terciario, pero con el paso de los años y hasta 1997, esta zona estaba llena de vías de tren y aparcamiento para coches teniendo una imagen degradada y caótica frente a los elegantes edificios de la Michigan Avenue.
La ciudad decidió crear un gran jardín de 100.000 m2, para dignificar la zona, ocultar las vías y celebrar la llegada del nuevo Milenio. Como las obras publicas de esta envergadura cuestan mucho dinero y en Estados Unidos se tienen que aceptar por las asociaciones civiles que se ven afectadas, las obras empezaron con retraso y se inauguraron en 2004, cuatro años después de lo previsto.
La creación del jardín ha supuesto una regeneración completa de la zona, con la construcción de decenas de preciosos edificios frente al jardín y se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la ciudad y de la que los habitantes de Chicago se sienten más orgullosos.
En el jardín está dividido en varias partes:
– El pabellón Jay Pritzker, diseñado por Frank Gehry (el del Gughenheim de Bilbao, entre otros) como la cobertura de una zona de conciertos al aire libre. Tiene una capacidad de 4.000 personas en asientos y 10.000 mas en una zona trasera de césped, que está elegantemente cubierta por una estructura sin pilares que sujeta los altavoces. Es donde se hacen los grandes conciertos en verano.
Parece ser que Frank Ghery regaló el diseño de la estructura a la ciudad con la condición de hacer un precioso puente serpenteante peatonal, pegado al pabellón, y que cruza la autopista hacia el otro lado del jardín.
– Cloud Gate o “the bean”, uno de los símbolos de Chicago actualmente. Es una escultura en forma de “judía” de acero perfectamente pulido donde se reflejan los rascacielos cercanos. Es la primera obra del prestigioso artista indo-británico Anish Kappor que se instala en un lugar publico de Estados Unidos.
– The Crown Fountatin, diseñada por el escultor español Jaime Plensa, es una de las atracciones más populares del parque. Sobre dos grandes rectángulos de 15 metros de altura hechos con cubos de cristal, se proyectan caras de personas de Chicago y, en verano, de la boca salen chorros de agua que mojan a la gente que se pone delante de ellos. Me pareció tan simple como original, al igual que la exposición de esculturas suyas que hay para celebrar el décimo aniversario de la apertura del parque.
– El jardin Lurie (en honor a Anne Lurie que donó 10 millones de dólares para la creación del jardín) es un espacio muy agradable diseñado entre otros por Katryn Gustafson (ganadora del concurso del parque central de Valencia) de arboles, plantas perennes, flores y arbustos. Con caminos, pasarelas, bancos para sentarse…y unas magnificas vistas sobre el pabellón de Gehry, el skyline de la ciudad y la parte moderna del Art institute. Ahora en invierno está sin verde, con tonos marrones y rojizos que lo hacen, si cabe, más atractivo.
– Nichols Bridgeway, elegante pasarela peatonal diseñada por Renzo Piano para conectar el parque con el Art institute al otro lado de la calle, uno de los grandes museos del mundo.
A principios del siglo XX había en Chicago más de 200 millonarios que empezaron a coleccionar obras de arte y donar grandes cantidades de dinero para la mejora de la ciudad. Uno de ellos era Robert Palmer, que se casó con una mujer francesa que era una gran enamoradas de la pintura impresionista, en un momento en que en Estados Unidos carecía de interés. Los Palmer donaron su colección y junto a otras donaciones se creó El Art insitutute en 1879.
Actualmente cuenta con una gigantesca colección que representa más de 5.000 años de creatividad humana con pinturas, esculturas, tejidos, fotografías y objetos decorativos procedentes de todas las partes del mundo.
En 2009 abrió una ampliación diseñada por el arquitecto italiano Renzo Piano que alberga la colección de arte moderno y contemporáneo.
El museo abre todos los días de 10:30 a 17:00 hrs (23 $ la entrada) excepto los jueves que cierra a las 20:00 hrs, así que decidí ir jueves por la tarde para aprovechar las pocas horas de luz que hay en Chicago en invierno.
Había leído que tenían una de las colecciones de impresionistas más importantes del mundo y creía que exageraban. Pero no. Es impresionante lo que tienen, lo tranquilas que están las salas y la poca seguridad que hay. Acostumbrado a las grandes concentraciones de seguridad y personas donde están las mejores obras de arte de los museos europeos, fue más que un placer poder disfrutar a solas de obras como “un domingo de verano en la Grand Jatte” de Surat y decenas de obras más de Monet, Pisarro, Rodin, Manet, Sisley, Renoir, Van Gogh, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Matisse….
Pero el ala moderna no se queda corta, primero por la joya que es el edificio en si, y
después porque no podía salir de mi asombro al ver tantas obras de Picasso, Braque, Giacometti, Miro, Magritte, Planells, Dali, Chagall, Leger, Julio Gonzalez, le courbusier, Mondrian, Paul Klee, Man Ray, Kandinsky, Modigliani, Juan Gris…
Y como no, una asunción de la virgen de El Greco, varios Ribera, el hombre del traje negro de Rembrant o American Gothic de Grant Wood, entre muchos otros. Y de las interesantes exposiciones temporales mejor ni hablar.
Además tienen una impresionante colección de detalles de decoración de rascacielos y edificios que ya fueron derribados.
Demasiado para una sola visita!!!
Nada mas empezar a leer he pensado el Parque Central y mira por donde has nombrado a Katryn. Gustafson… ja vorem com queda lo nostre!!
Que ganas tenia de leer, lo bien que escribes, en esto, te pareces ami jajajajaja, y no es broma ,me gusta mucho escribir, pero al contrario que tu,yo nose.Un beso.