La PCH (Pacific Coast Highway) o California 1 es una de las tres grandes rutas panorámicas del mundo y la única que me faltaba por recorrer (con la Great Ocean Road de Australia y la carretera de Ravelo a Positano en la Costa Amalfitana de Italia).
Una de las canciones que más recuerdo de mi niñez es “California Dreamin” que escuchaba con mi inseparable amiga Inma y que nos hacía soñar con la costa de California, la eterna primavera, las grandes playas llenas de palmeras y surfistas, la carretera al borde de los acantilados, los puentes…..
Aquí está la canción subtitulada en castellano…que aunque a mi hermana Elena le parezca hortera no es más que otra de las canciones-mito que hizo bailar a mucha gente mientras soñaban con una vida mejor:
http://www.youtube.com/watch?v=phW3QL2ckEQ
Cuando decidimos venir a San Francisco quise que la salida se hiciera por Los Angeles para disfrutar lentamente del paisaje de la Costa de California conduciendo por esta carretera panorámica con el agradable sol de invierno y un descapotable…..aunque esto último no fue posible por falta de coches.
La carretera conecta más o menos las misiones que fueron fundadas por Fray Junipero Serra en el siglo XVIII y se construyó a principios del siglo XX con mucha complejidad, por lo agreste del terreno, y con mano de obra procedente de la famosa prisión de San Quentin.
La distancia entre San Francisco y Los Angeles (614 km) se puede realizar por las autopistas del interior en menos de 6 horas, pero lo interesante es hacer el recorrido por la California 1, disfrutando de cada uno de sus 780 km por una carretera de dos carriles que serpentea la abrupta costa californiana.
La ruta debería hacerse en 4-5 días, pero como solo teníamos 3 la adaptamos y obviamos aquellas zonas de contenido vinícola (valle de Santa Ynez), los palacios de estilo europeo (Hearst Castle) o edificios religiosos de las misiones para centrarnos en el paisaje y un par de ciudades que nos apetecía conocer.
Salimos de San Francisco en dirección “Pacifica” (Sur) donde aparece el grandioso Océano con extensas playas llenas de gente haciendo surf o stand up paddle, paseando, tomando el sol….y nosotros con las ventanillas bajadas, dándonos la brisa y escuchando This is what if feels like, que a partir de ahora me recordará siempre a esos paisajes. Hicimos un par de paradas para disfrutar de los acantilados, del fuerte olor a mar y la potencia del Pacifico llegando a la costa. Cuando se llega a Santa Cruz la carretera se separa de la costa y se convierte en autopista que nos lleva a Carmel, pasado Monterrey, donde íbamos a pasar dos noches.
Carmel-by-the-sea es un pequeño paraíso en la costa de California. Fundado por Fray Junipero Serra en 1770 como Mision de San Carlos Borromeo de Carmelo (de ahí el nombre) era la que más le gustaba, por el verde, la cantidad de agua dulce, el mar…y por eso decidió que le enterraran aquí.
Empezó a atraer artistas, poetas y escritores bohemios a principios del siglo XX y actualmente es uno de los pueblos (menos de 4.000 habitantes) mas bellos y selectos de toda California. Uno de sus alcaldes más famosos en los 80’s fue Clint Eastwood que todavía vive en el pueblo con muchos artistas que tienen casas por aquí.
El pueblo se podría definir como un gran bosque con casas al borde del mar, de ese tipo de casas de las que podría salir un duende en cualquier momento. Tiene un ambiente hippie-chic, es totalmente sostenible, dog-friendly (hay palabras en ingles que cuesta traducir…esto sería más o menos una ciudad amigable para las personas que van con perros y que pueden entrar con ellos a tiendas, restaurantes, hoteles, etc), y curiosamente tiene una ordenanza que prohibe ir con tacones o que haya alumbrado público, lo que hace que por la noche tengamos que usar linternas (o iphones) para desplazarnos por el pueblo…creando un ambiente absolutamente mágico y atractivo.
Al día siguiente fuimos a visitar Monterrey (mucho más grande e impersonal que Carmel) porque es temporada de paso de ballenas. Después de dar un paseo por el muelle, mucho más real y autentico que el pier 39 de San Francisco, nos embarcamos en un paseo de 3 horas donde vimos ballenas grises en el santuario marino que hay en esta zona. Aunque Miguel se quedó un poco desilusionado porque creía que las íbamos a ver más cercanas (y yo le decía, claro que si, y acariciarles el lomo!!), yo me quedé más que satisfecho por ver esas moles que se desplazan desde Alaska hasta Patagonia saliendo a respirar cada cierto tiempo y enseñando sus colas plácidamente. Volviendo al puerto y como regalo de despedida, 5 ballenas salieron a la superficie con tanta rapidez que ni siquiera tuve tiempo de coger la cámara, así que quedará para siempre en mi memoria. Otro sueño cumplido!!.
Y desde el barco también pudimos ver la increíble costa escarpada que esconde las mansiones de las fortunas más discretas y menos ostentosas de Estados Unidos.
Por la tarde fuimos a recorrer esta zona de costa, el “17 miles drive”, carretera panorámica de 27 kilómetros que recorre Pebble Beach entre Monterrey y Carmel. Este nombre le fue dado en 1880 por el Hotel del Monte, el primero en construirse en esta zona, creando una de las primeras rutas turísticas del mundo!!. Era un paseo que se les daba a los huéspedes en coches de caballos para que observaran la espectacularidad del paisaje. Pronto pasó a ser una excursión para gente de alto poder adquisitivo en busca de un terreno para sus casas.
Los coches de caballos dieron paso a los coches de motor y hoy es uno de los paseos más bellos del mundo, por el paisaje con el omnipresente Pacifico abrazando las playas y acantilados, por las casas y mansiones ocultas tras los árboles del bosque, por los exclusivos clubs de golf con hoyos literalmente sobre el mar, por el paso de ballenas, delfines, leones marinos….y por ser una de las más bonitas puestas de sol que he visto en mi vida.
Antes de emprender el camino hacia el Big Sur, dimos un paseo por la scenic drive de Carmel para poder disfrutar de su arquitectura de cuento de hadas, sus increíbles y espaciosas playas, sus callejones escondidos con tiendas maravillosas, sus árboles torcidos por el viento y el placido ritmo que solo se puede encontrar en este tipo de pueblos de la costa de California.
El camino hacia Big Sur es el que mas costó de construir. Es una especie de macizo de roca que bordea el Pacifico, así que tuvieron que construir preciosos puentes de hormigón para saltar grandes distancias y excavar la carretera que queda prácticamente colgando de la ladera. El paisaje sobre el océano es abrumador y se combina con pequeñas entradas hacia el interior con densos bosques de robles del Parque Nacional «los Padres» que dan la impresión de estar a cientos de kilómetros de la costa.
Y de repente una discreta indicación…Julia Pfliffer Burns State Park, nos hace salir de la ruta y tras un breve paseo conocemos la historia de esta señora, la casa que se hizo con vistas a una impresionante cascada que cae sobre la playa!!! que nos deja boquiabiertos, y la demolición de la misma porque el Estado de California no sabia que hacer con ella tras recibirla en herencia (la casa).
Más adelante paramos en una playa solitaria llena de leones marinos posando para nosotros mientras anochecía de nuevo y aceleramos el ritmo para llegar a Santa Barbara, otra de las ciudades fundada como misión por Fray Junipero Serra.
Santa Barbara es la imagen que todos tenemos de la California de los vigilantes de la playa: Paseo enorme con carril bici (cuanto me han sorprendido los californianos y la cultura de la bici), playas kilométricas de arena fina y cientos de palmeras. Tuvimos un dia de pleno verano, con cielos azules y cientos de personas paseando por la playa. Dimos un paseo por el muelle Stearns Wharf, a un centenar de metros de la orilla, por la bulliciosa y comercial state street y por supuesto una parada obligada en la Misión más grande de toda California, a la que decidimos no entrar porque esta en restauración.
Esta ciudad es la mezcla perfecta entre ciudad vacacional al borde del océano, la cultura del shopping americano y la arquitectura española de la época de los colonos, de las que sus habitantes se sienten tan orgullosos.
Desde aquí la carretera se vuelve menos interesante, con tráfico más denso, más apartada de la costa y nos adentramos en una de las megapolis de la Tierra, donde acaba nuestra aventura californiana….Los Angeles.
En Los Ángeles estuvimos justo 24 horas e hicimos todo aquello que teníamos previsto: subir al impresionante Getty Center diseñado por Richard Meier, desde donde se ve el tamaño inhumano de la ciudad, paseamos por Holywod boulevard para ver a miles de turistas haciéndoles fotos a cientos de friquis disfrazados de todos los personajes del cine posible, decepcionarnos ante la frialdad y poca gracia del teatro Dolby (antiguo teatro Kodak donde se realiza la ceremonia de los Oscars) con las decenas de tiendas que lo invaden y comprar en los mega-outlets de las afueras de la ciudad.
Antes de salir hacía el aeropuerto fuimos a ver el increíble Walt Disney Concert Hall, diseñado por Frank Ghery con un aspecto exterior muy similar al Gugenheim de Bilbao. La diferencia en Estados Unidos es que este tipo de obras suelen surgir de una iniciativa privada, en este caso la donación de 50 millones de dólares que la viuda de Walt Disney donó para hacer este auditorio como homenaje a su marido y su amor a la música.
Y aquí acaba nuestra aventura californiana con una gran satisfacción pero con gran pesar. Aquí me despido de Miguel y me meto en un avión que me lleva de nuevo hacia el Sur del Sur.
Para todos aquellos que me seguís os dedico esta preciosa canción que tanto me recuerda a los paisajes de California, al pacifico, el sol, la conducción del coche con las subidas y bajadas, los acantilados, las palmeras, las olas, la brisa, las risas con Miguel……
¿Y donde estan los surferos ?…¿esos hombres de casi dos metros corpulentos con sus trajes de neopreno , morenisimos del sol californiano ?. Cuando tomes fotos podrias recordar el publico femenino que te sigue y deleitarnos con algo que no sea ver focas, ballenas, leones marinos, que es muy bonito, pero para eso me pongo un documental de la 2.
Dicho esto , comparto contigo la sorpresa que me causo la gente por alli, grata por cierto. Es todo muy happie no se si por efecto de cierta hierba de consumo frecuente.Tu hermana esperaba que fueras al Getty a nosotras nos encanto, la otra sorpresa fue la sensacion de ciudad inacabable…desde alli arriba es impresionante. Espero que lo disfrutaras como nosotras.
Ah y espabilaaaaaaaa, que esto cada dia llega con mas retraso.
Por cierto se te ve muy feliz………………………..
Los surferos están muy adentro y no me llega el zoom de la cámara!! 🙂 Te aseguro que disfruté California tanto como vosotras!!! Un lugar para volver y volver y volver…Muax
Cualquier dia te vas a ronper la la crisma con tanto salto, por favor ves con cuidado no sea que tengamos que ir a rescatarte, y de paso viajabamos y veiamos todo eso tan bonito. Hijo es broma nos conformamos en que sigas enviandonos estos relatos. Un beso y gracias por todo.
jjajajajajaj, no sería mala idea!!!. Me rompo la crisma y así tienes excusa para venir a verme….pero no seria mejor que vinieras sin necesidad de visitar hospitales?. Todo el proponérselo!!
Creo que no se han grabado mis comentarios! Lo repito en breve
Noooo, no se ha grabado nada!!. Echaba de menos tus comentarios!!
Voy a ver si soy capaz de reproducir lo que escribí. Empezaba así:
Pero, ¿como se te ocurre mencionar la costa Amalfita? Ya sabes que es un lugar que quiero visitar y nunca encuentro ni el tiempo ni el dinero, jeje Y no sabes cuanto me alegro de que no hayais podido alquilar el descapotable, eso ya hubiera sido too much!!
Supongo que habrá sido dificil decidir por donde acortabais la ruta, pues los viñedos y las misiones tambien deben tener su punto, mi hermana seguro que ya se imagina a Angela Channing saliendo por la carretera para darle la bienvenida.
Y me imagino lo mucho que te has emocionado al reencontrarte con las ballenas, con lo que tu quieres a todos los cetáceos que siempre te estás comparando con ellos!!!
Muy chulos los personajes de Star Wars y la copia del Guggenheim da sensación de frialdad ¿es ahí donde hiberna Walt Disney?
fantastico post y unas vistas maravillosas. . . .no hay desperdicio.. . . y ese pequeño pueblo. . .como para dejarlo todo e irse para allá corriendo. . . respecto al comienzo de se aterdecer que se abre paso entre los arboles. . . .sin palabras. . .
Como siempre espectacular. Espectacular el paisaje, espectacular tú… espectacular de espectacular…
posdata: por algún motivo no se me ha actualizado tu blog hasta ahora, osea que seré el rin rin rin de febrero.. porque YO TENGO QUE COMENTARLO TÓ, que si no reviento.