La visita a Hiroshima ha sido dura.
La primera noche, despues de cenar, paseé por el Parque del Memorial de la Paz totalmente a solas. Hacia mucho frío y no había ni un alma. Reflexión, tristeza, rabia…
Al día siguente visité el Museo del Memorial de la Paz y me dejó totalmente desconcertado, cabizbajo, afligido y acongojado. La visita al Museo me ayudó a conocer detalles que desconocía, tanto de la explosión como de los motivos para lanzarla en Japón y sobre Hiroshima.
La bomba de Hiroshima explotó a 600 mts de altura para que la onda expansiva fuera mayor. Murieron más de 150.000 personas civiles en el acto y los 4 km alrededor del hipocentro quedaron totalmente calcinados.
El museo es muy sorprendente. Los japoneneses deben ser la única sociedad del mundo capaz de justificar que las fuerzas aliadas decidieran utilizar la bomba atómica para acabar con la barbarie que Japon estaba provocando en el resto de Asia, lo que ellos llaman Kurai tanima o valle oscuro.
Barbarie aplastada con barbarie. Aquí te llegas a avergonzar de ser humano.
El Museo no lo pude acabar de ver. Llegó un momento que no aguantaba más, las lágrimas me caían, tenía opresión en el estómago y tuve que salir a respirar y relajarme en una sala, enterrada bajo el suelo, donde nadie acude, y que se contruyó para poder rezar por el reposo de las almas que murieron aquel 6 de agosto de 1945.
Y hiroshima se ha convertido en una ciudad moderna, llena de amplios bulevares y en capital de la paz, liderando los foros para el desarme nuclear completo, presionando a todos los países con armas atomicas para que se desnuclearicen.
En navidades celebran una competicion de figuras de luces llamado «Dreamination» que me recuerda de lejos a les gaiates de Castellon 🙂
Holaaaa,con esto de las gaiates de Castellón me has dejado muerta…aunque se agradece sonreir despues de leer tus comentarios sobre Hiroshima.Impresiona.
Un beso muy fuerte.Te echamos de menos.
He llorado leyendo, que sensible eres y cuando me gusta que lo seas.Un beso.