23 de mayo de 2010
Teniendo en cuenta que es una ciudad y que está en Alemania, Frankfurt parte con ventaja para que la encuentre una ciudad interesante.
La primera toma de contacto no cuenta porque estaba muy excitado (sajonamente hablando) por estar en una ciudad nueva y el pensar cómo una ciudad como esta me puede marcar, si lo hace.
La arquitectura me recuerda a Suiza, a las zonas residenciales de Lausanne, a las casas y edificios que hay a orillas del lago Leman, a centroeuopa en general. La diferencia es que los tejados de las casas medievales tienen reflejos de sol proyectados por los vecinos rascacielos de la city. Esto, sin embargo, es una sensación más propia de Sydney o Melbourne que de Europa.
El inconveniente de ser un adicto a los viajes es que, sin quererlo, vienen a tu mente recuerdos e imagenes de vicencias pasadas.
Hoy me he despertado en el hotel Villa Orange y la verdad es que he dormido muy agusto. Desde que me he despertado hasta mitad de la mañana he estado escuchando el sonido de las campanas de las iglesias vecinas, pero no son sonidos de campanas católicas.
He paseado sin rumbo fijo escuchando a Mozart L’egyptienne (si clickas aqui puedes escuchar una de las canciones). En una ciudad tan fusionada creo que es lo más adecuado. He caminado hasta el centro, la catedral, la plaza del ayuntamiento….hasta llegar a la city.
Desde que estuve con Ana en la World Travel Market de Londres en 2009 y nos alojamos en la city londinense, me gusta ver los barrios financieros los domingos por la mañana. Están solitarios y puedes disfrutar de la arquitectura sin el stress y la agresividad que desprenden sus habitantes en los dias laborales.
Solo en ese momento se aprecian detalles que los arquitectos han hecho con sensibilidad y buen gusto.
Frankfurt es ecléctica, cada esquina te sorprende, el centro, la city, el Mein, las orillas del río, los jardines, la gente… Creía que iba a ser más impersonal, más ciudad financiera, pero al fin y al cabo y, a pesar de ser la metrópolis financiera de Europa, es más pequeña que Valencia y ese aspecto «humano» de ciudad pequeña se aprecia en la gente.
De todos modos hace un día de verano, el sol calienta como en España en julio y eso debe hacer que la gente esté más feliz e irradien esa calma y satisfacción.
¿Me gusta Frankfurt?. Si, me gusta, pero malditas espectativas. Creía que al igual que Londres, Nueva York, Tokyo o Berlín, la ciudad tendría pulso. Y de momento no se lo he encontrado…y me angustia pensar que la ciudad pueda estar muerta.