Siempre me he propuesto ser objetivo en este blog, así que me veo obligado a contar una desagradable experiencia que me ha sucedido en este hotel, la primera y espero que única desde que estoy haciendo viajes largos.

Nunca me había costado tanto elegir el hotel de una gran ciudad y elegí la peor opción. El Hotel Diva pertenece a una cadena llamada personality hotels que tiene varios hoteles en San Francisco, hoteles urbanos, modernos, con cierto diseño y un precio moderado.

Llegando de un vuelo de 12 horas y a -9 horas de tu huso horario habitual lo que necesitas es que una cara sonriente te de la bienvenida y no fue el caso. Una más que antipática recepcionista nos atendió del modo más frío posible cuando llegamos el 26 de diciembre por la noche.

Al menos la habitación era muy amplia, con vistas a la calle y por lo tanto un poco ruidosa en una zona tan animada.

El día 29 de diciembre al coger dinero de la caja fuerte, tuve una premonición y conté el sobre donde tenia los Euros….y sorpresa!! hay menos de los que yo creía que había traído.

Me quedé muy inquieto y no me quité la idea de la cabeza, reafirmándome cientos de veces que si había traído el dinero que creía haber traído. El día 30 por la mañana vuelvo a contar el dinero y había aun menos, por lo que se confirma el robo. Ya os podéis imaginar el disgusto, policía, denuncia, un director incompetente y casi un día perdido de nuestras vacaciones.

Es mosqueante  y sospechoso saber que el director es quien custodia la llave maestra de todas las cajas fuertes del hotel.

La correspondencia posterior con el director ha reflejado su incompetencia gestionando este caso. Lo único que ha hecho el hotel es devolverme el importe de la estancia después de varios e-mails subidos de tono y haberlo denunciado a mi tarjeta de crédito. Ese importe no corresponde ni a una tercera parte de la cantidad robada.

Así que hotel y cadena poco recomendables. Utilizaré todos las herramientas que tenga en mi mano para desacreditarlos. Bienvenidas son todas las ayudas posibles.

Y ya sabéis, no podemos fiarnos ni de las cajas fuertes de los hoteles.