La Reeperbahn Strasse no es una zona más del barrio de San Pauli, es un modo de vida, un espacio lleno de amor, libertad y tolerancia.

Es la primera vez en mis viajes que veo que el sexo y la prostitución son tratados de un modo tan natural que incluso se han convertido en un recurso turístico, donde se organizan visitas guiadas a pie por prostitutas que explican con detalle las curiosidades de un barrio tan….activo.

Las calles están siempre animadas de gente yendo y viniendo…observando con curiosidad los burdeles, strip-clubs, sex-shops y el museo del sexo.

Los sex-shops ofrecen todo tipo de accesorios y vestuario para los juegos mas bizarros, siendo los mas populares los disfraces (o vestidos) de latex.

Una noche estuve paseando buscando una calle que aparece hasta en los folletos turisticos oficiales. La Herbertstrasse, perpendicular a la Davidstrasse, es una calle donde la prostitucion se ejerce de modo abierto desde el siglo XIX. Curiosamente está cerrada al trafico por dos grandes puertas de hierro (que limitan la vista de los curiosos) pero se puede entrar a través de una especie de burladeros taurinos (solo hombres mayores de 18 años) y asi acceder a la oferta de todos tipo de mujeres que se promocionan desde sus ventanas. En las fotos hay una que ayuda a imaginar como es, pero al ser diurna parece muy frivola y pierde el encanto, discreción y la popularidad de la noche.

La parte más divertida fue la conversación que mantuve con decenas de prostitutas que, al verme caminar solo por la calle, se prestaban voluntarias a acogerme argumentando cualquier excusa con un convencimiento dificil de rebatir.

Toda una experiencia digna de mención.